lunes, marzo 30, 2009

CONTRASTES.




No suelo viajar en grupo y cuando viajo tiendo a perderme entre la multitud evitando al máximo todas aquellas actividades que fueron inventadas para tener entretenidos a los turistas, porque sentirme turista no me gusta, tengo el alma de viajera. Así que cuando las circunstancias me arrastraron a comer en un barco mientras navegábamos por el Sena, debo decir que no encajaba del todo. A mis padres les pareció una maravilla, así que para gustos colores. Si la decisión hubiera sido mía, probablemente hubiera terminado tumbada al sol junto al Sena , como vi que los parisinos hacían, comiendo cualquier cosa y mirando pasar barcos llenos hasta los topes de turistas haciendo fotos como en el que yo andaba metida, preguntándome "¿¿¿qué hago yo aquí???", si ya lo dice el refrán:"donde fueres haz lo que vieres"...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta tu reflexión, turista y viajero. La visión es totalmente diferente dependiendo del lugar donde te encuentres, primero desde una posición acomodada en un barco por el Sena, segundo desde la orilla del rio, las dos son buenas. Otra cosa distinta es que tú prefirieras posiblemente estar en la orilla, mas a tu aire, pero piensa en lo felices que seguramente estarían tus padres disfrutando de la compañía de los suyos todos juntos en aquel lugar, tu mismo lo dices les encantó.

Paris por lo general es una ciudad de turistas.

Los Santos Inocentes.

Anónimo dijo...

Por cierto, en la segunda fotografía si me permites, reflejas la serenidad.

Lorena dijo...

¡Hola!, si, pienso que hay turistas y viajeros,por supuesto que depende de como mire uno el mundo y las necesidades que tenga, todo es válido. En mi caso yo era de estar sentada junto a la orilla, con el solecito en la cara. Mi familia tiene otro pensar, y desde luego tenía mucho más que asumido que esto era un viaje familiar y que habría momentos de turisteo. Una experiencia más, sin duda, hasta de estas cosas se aprende. Disfruté mucho viendo a mis padres más contentos que una castañuelas por estar todos juntos y eso es lo más importante.
Me di cuenta enseguida de que Paris es una ciudad de turistas. Creo que es una de las cosas que más me llamó la atención. Desconocía que era la ciudad más visitada del mundo.
Serenidad. Es difícil de encontrar serenidad, pero si, es muy probable que estuviera serena. Necesitaba un respiro y lo tuve, me siento muy afortunada por eso. Todo el mundo no puede salir pitando cuando la rutina le ahoga, así que soy una privilegiada y soy consciente de ello.
Gracias por la información del monasterio. Te he leído. Un abrazo Santos.

Perico dijo...

¡Vaya turistones! :))))